Ingresando ayer a mi cuenta en IG @mamaposmoderna para compartir una foto me "topé" con una que publicó una cuenta amiga de otra mamá que me hizo cambiar de opinión.
Y es que como periodista al fin no pude "dejar pasar" y obviar esta hermosa imagen del 2014 tomada por la fotógrafa Patricia Willocq, quien capturó el momento en que Basunga, bebé que nació albino, dormía plácidamente junto a su prima, en Kinshasa, Congo.
La foto señala: “En este momento no se da cuenta de las dificultades que enfrentará para integrarse en la sociedad congoleña con ese color de piel tan blanco. El éxito de su integración dependerá en gran medida en cómo se acepte a sí mismo y a la educación que reciba en casa".
Busqué algo más de info sobre el trabajo de esta fotógrafa y esto conseguí:
Willock nació y creció en el Congo. Después de salir de África, pasó su vida viajando por el mundo y volvió a su país natal en junio de 2013.
Desde niña se sentía absolutamente fascinada por las personas albinas y ha comentado que 20 años más tarde esta fascinación está aún más arraigada en ella.
Ha señalado también que ser una persona con albinismo en muchas parte de África no es el mejor regalo que la vida podría concederle. Aunque La Ndundus (albino en lingala) en el Congo está transitando lentamente su camino hacia la integración, no ocurre igual que en Tanzania y Burundi, en donde son estigmatizados y discriminados por la sociedad.
Recientemente el trabajo de Patricia pudo apreciarse en una Exposición en el Halles Saint-Gery en Bruselas, titulada "White Evony": reportaje fotográfico (testimonio de la esperanza, el coraje, el amor y el éxito) con el que trata de darle a la comunidad albina de su país la dignidad que se merece.
Se esperaba también que pudiera ser apreciado como una forma de promover la #comprensión y la #tolerancia hacia las personas con albinismo en el Congo y en el resto de África.
"Una mirada que revela la condición humana"
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