jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Sabes qué es la Exterogestación?

Muchos de ustedes probablemente habrán escuchado en varias ocasiones el conocido consejo:  “no tengas mucho en brazos al bebé, mira que se acostumbra”;  seguido del “ no te va a dejar hacer nada”.
En lo personal esa recomendación siempre me ha resultado odiosísima. Ni hablar de aquellos que califican de “bueno” al bebé que pasa todo el día en el coche y “no molesta”, es decir, no llora, ni reclama lo que necesita.
Además, ¿si un bebé llora entonces es “malo”?. No me parece bien que se califique de esa manera a un bebé que llore porque algo necesite, ya sea porque tiene hambre o porque tan sólo necesita del calor que le brinda el contacto humano.
Si bien puede ser que algunos bebés estén tranquilos en un cochecito, esto no es lo habitual. 
Tal y como leí, deberíamos tener presente que cuando un bebé nace “ya está acostumbrado a estar todo el tiempo con su madre y a mecerse cuando ella camina y realiza sus tareas, así que si le damos brazos no es algo a lo que el bebé se va a (mal) acostumbrar, sino que sería solamente seguirle dando aquello a lo cual ya está acostumbrado”.
Este contacto permanente con su mamá es lo que le asegura al bebé su supervivencia (calor y alimento) y es prácticamente lo único que necesita al nacer: el regazo y el pecho de su madre brindado sin límite.
Y es que el bebé al estar en contacto con su madre, sus sistemas se mantienen a un nivel regular. Esto quiere decir que es fundamental que luego del parto, lejos de separar a la madre de su bebé, más bien se les permita y aliente para estar lo más cercanos posible, hasta que se complete el ciclo de gestación exterior que culmina con el gateo, cuando el bebé tiene la posibilidad de moverse por si mismo y buscar a su madre para encontrar consuelo y /o alimento como lo hacen los demás mamíferos. 
Como aproximadamente los bebés comienzan a gatear a los 9 meses, es que se habla de gestación interna y gestación externa, esto es, 9 meses en el útero y 9 meses en el regazo.
Es justo a este período de tiempo de 9 meses en el regazo al que se le conoce como “Exterogestación”. Tiempo en el que el bebé necesita sentir el calor, la protección y el confort que sentía dentro del vientre de su madre mientras se adapta a la vida extrauterina.
La “gestación exterior”
Como su palabra lo indica, la exterogestación es la “Gestación Extrauterina” o “Gestación Exterior”. Como se sabe la mayoría de los mamíferos nace siendo capaz de desplazarse autónomamente, lo cual es necesario para su supervivencia, pudiendo así escapar del peligro y buscar alimento.
En el caso de los seres humanos, aún cuando somos mamíferos también, nacemos sin ser capaces de desplazarnos de forma autónoma, ni de sobrevivir por sí mismos fuera del útero materno. Somos seres indefensos que necesitamos que nos proporcionen cuidados básicos como alimento, protección y contacto físico permanente.
Por ello cada vez se habla más de la Exterogestación, una fase muy importante para el correcto desarrollo neurológico, afectivo, digestivo y psicológico del bebé, que abarca desde su nacimiento hasta que consigue el desplazamiento autónomo.
Y es que el nacimiento no es un antes y un después, una separación entre la madre y el bebé, sino una continuación de esa dependencia pero fuera del útero, lo que se conoce como exterogestación del bebé o como algunos lo llaman “los segundos nueve meses de embarazo".
La psicopedagoga Laura Gutman afirma que esta fase debe considerarse como una fase para el contacto entre madre e hijo, la lactancia, intimidad y complicidad entre madre e hijo, y que no suele respetarse. Por ello deberíamos darle la importancia que se merece.
Fuentes: tiempodecriar.com,  consultamedicadelalactancia.com, bebesymas.com

A continuación les dejo un video en el se explica en qué consiste la Exterogestación y su importancia

martes, 17 de noviembre de 2015

Ecografías durante el embarazo

Así es! cada vez que toca ir a control durante el embarazo y gracias a una ecografía podemos ver la imagen de nuestro bebé creciendo en nuestro interior, es sin duda uno de los momentos más emocionantes mientras se esta en la dulce espera. 

Y entre tantos sentimientos encontrados el deseo que se apodera de uno es el de que llegue el momento en que por fin podamos tener a nuestro bebé en brazos.

En la actualidad existen varios tipos #ecografías: en 2D, 3D o, la 4D. Gracias a ellas los futuros padres pueden ver la imagen de su hijo antes de nacer y los médicos comprobar que todo esté bien en el feto, el estado de la placenta, el líquido amniótico, el cuello uterino, etc.

Entre las distintas variantes de ecografías algunas pueden ser muy claras y con movimiento, sin embargo, aún no llegan a descifrar algunos aspectos como el tono de piel y el color del cabello. Lo que si queda claro es que ninguna es peligrosa para el feto o para la madre.

Tipos de ecografías

La 2D:
La ecografía en 2 dimensiones es la más habitual, es bidimensional y se muestra en un monitor en tiempo real, la imagen tiene movimiento, es plana y en blanco y negro. Esta puede resultar borrosa por el movimiento del feto por lo que el doctor suele hacer varios intentos para capturar una imagen idónea antes de imprimirla, la cual evidentemente se verá fija, plana e igualmente, en blanco y negro. 

La 3D:
Esta es en 3 dimensiones y permite ver de forma más clara al bebé, con más volumen, en mejor resolución y mayor nitidez. Muestra una imagen estática en 3 dimensiones del feto y de sus estructuras con un color más nítido que el blanco y negro. Comenzó a usarse a finales de los años 80 y principios de los 90.
Como en el caso de la 2D, el médico puede capturar varias imágenes del video obtenido en el monitor e imprimirlos de recuerdo para los futuros padres.
La 4D:
Es lo último en tecnología. Se trata de una ecografía en 3D pero grabada y en tiempo real. Puede verse, por ejemplo, si el bebé se chupa el dedo, realiza gestos con la cara, si bosteza, si mueve las manitos, etc. El mejor momento para realizarla es entre las 25 y 32 semanas. 

Fuente: bebeymas.com