Llevan tres cursos utilizando esta
herramienta que tiene su origen en la meditación budista, pero sin sus
connotaciones religiosas. El “Mindfulness” o atención plena va de tomar
consciencia del tiempo presente, atendiendo a pensamientos, emociones y
sensaciones corporales con una actitud de curiosidad, interés y aceptación. Sin
juzgar. Disfrutando del aquí y ahora. Aceptando la realidad tal cual es”.
Ahora bien seguramente se preguntarán pero y
¿por qué necesitan meditar los niños? ¿Tan estresados están?
Existe la opinión extendida entre padres y
docentes de que los niños de hoy en día, con tantos móviles y vídeojuegos,
están expuestos a miles de estímulos que alteran su concentración. Les llega
demasiada información y no aciertan a procesarla bien. Muchos son chicos
multitarea que hacen varias cosas a la vez: desayunan mientras ven la tele; se
lavan los dientes mientras chatean con sus amigos. Por ello, concluyen en que
les falta disfrutar más del momento presente.
¿Y cómo se puede hacer para que disfruten más
del presente?
Resulta que el “Mindfulness” no sólo es
meditación. En el colegio Ramiro Soláns, por ejemplo, los niños se dan masajes
por turnos para relajarse y para «aprender a respetar al otro».
También llaman al ‘guerrero’: aquel alumno
que se pone las manos en la tripa y sopla fuerte hacia fuera, con los ojos
cerrados. Así expulsa la rabia y es consciente de ella.
Está también la famosa actividad del
‘saboreo’, muy popular entre los niños. Esta consiste en que un profesor
reparte, por ejemplo, monedas de chocolate y acto seguido los alumnos deben
tratar de descubrir la textura, el olor y el sabor del dulce y no pensar en
otra cosa más que en las sensaciones que transmite. Primero tocan la moneda con
los ojos cerrados, aprecian la forma y la rugosidad del envoltorio. Después la
huelen, se la acercan a la boca, retrasan el momento de probarla... Se
concentran en lo que están haciendo. Mordisquean un trozo y notan cómo se va
volviendo más blando. El proceso puede durar una eternidad: cinco minutos.
Cuando la música cesa, estos niños hablan de lo que han sentido.
“Han comido chocolate miles de veces, pero ¿a
que no habían sido conscientes antes del sabor que tenía?”, les pregunta la
maestra.
A lo que todos los alumnos responden en que
ciertamente ha sido el mejor chocolate que han probado en su vida
Sugerencias respiratorias para ayudar a los
niños a relajarse
Seguramente que en momentos de estrés,
ansiedad o frustración, muchos habrán escuchado la frase de “relájate, respira
profundo y mantén la calma”.
Resulta que muchas prácticas de meditación
emplean tales técnicas respiratorias profundas debido a que estas aumentan la
provisión de oxígeno al cerebro y estimula el sistema nervioso parasimpático,
promoviendo así un estado de calma.
Por otra parte está la respiración
controlada, también conocida como respiración abdominal o diafragmática, que se
refiere a la inhalación lenta y profunda de aire que expande el diafragma y
lleva el aire hasta el fondo de los pulmones, obligando al abdomen a levantarse
a medida que los pulmones se llenan de aire.
Este tipo de técnica respiratoria puede
llevar a una persona desde un estado mental alterado, en el que predomina el
instinto de lucha o fuga y de alerta máxima, a un estado en el que la
frecuencia cardíaca es más lenta, la presión arterial es menor y disminuye el
dolor.
Técnica
de respiración profunda para niños y adolescentes
Los niños pequeños y los adolescentes pueden
aprender y practicar la respiración profunda para reforzar la conexión entre
mente y cuerpo, además de controlar aquellas emociones que, a veces, parecen
abrumadoras.
Los niños, en especial, pueden aplicar esta
técnica cuando están preocupados, tristes o adoloridos. Añadir visualización
dirigida o frases generalmente ayuda a que la respiración profunda sea más
eficaz: “inhala todo lo bueno y exhala todo lo malo”, o “exhala el dolor”.
Algunos niños posiblemente respondan mejor a
la visualización dirigida que evoca escenas, olores y sonidos conocidos, o
lugares favoritos, más que al movimiento.
¿Cómo
empezar?
Entre algunas sugerencias que encontré está
la siguiente:
-Colocarnos en una posición cómoda; de ser
posible, recostados sobre una superficie plana.
-Poner sobre el vientre una mano o un objeto,
como un peluche o incluso un libro. -La mano o el objeto deben subir a medida
que inhalamos el aire y deben bajar mientras exhalamos el aire lentamente
durante un período de varios segundos.
-Inhalamos por la nariz y exhalamos por la
boca.
-Dejar que los hombros y el cuello se relajen
con el movimiento del abdomen.
-Repetir este procedimiento unas 15 a 20
veces.
-Podemos añadir mentalmente una frase a la
respiración: “Estoy”, mientras inhala; “relajado”, cuando exhala. Igualmente,
contar lentamente hasta cuatro en cada inhalación.
La respiración profunda también puede formar
parte de la rutina al acostarnos porque promueve la calma y la relajación. Este
tipo de práctica diaria permite aplicar con más facilidad la respiración
profunda ante otras situaciones que puedan surgir. Además, puede ayudarnos a
aliviar los dolores de cabeza o estómago frecuentes.
La respiración profunda puede también servir
para facilitar la transición a nuevos lugares o circunstancias, y ser parte del
tiempo de aislamiento que el niño (o nosotros) necesitemos para reflexionar a
solas, a medida que el pequeño aprende a controlar las emociones fuertes.
Especialistas recomiendan también el que
consideremos la posibilidad de enseñar a nuestros hijos ya adolescentes a
respirar profundo algunas veces, antes de responder una pregunta difícil en la
escuela o participar en una actividad deportiva, esto les servirá para
mantenerse calmados y responder con mayor aplomo.
Lo cierto es que existen miles de maneras de
aprender la técnica, ya sea con instrucciones escritas, con grabaciones en
audio y/o video, o hasta con aplicaciones para teléfonos inteligentes. Tan sólo
debemos saber elegir y practicar la que mejor nos funcione a nosotros y a
nuestros hijos, mientras disfrutamos de más calma en el cuerpo, la mente y el
espíritu.
Algo
más sobre el “Mindfulness”
Como apunte final sobre esta práctica quería
acotar algo más de lo que pude leer al respecto. Especialistas insisten en que
normalmente solemos prestar atención a las actividades del momento sólo con una
pequeña parte de nosotros mismos, mientras la mente y los pensamientos están en
otra cosa completamente.
Cuando leí
que “vivimos en el modo ‘piloto automático’, ocupándonos de nuestras
cosas con muy poca conciencia de los detalles de nuestra experiencia del
momento - ni siquiera de las intenciones que motivan nuestras acciones”,
realmente me sentí identificada ya que en ocasiones yo misma suelo darme cuenta
de eso, por ejemplo, uno va por la vida y de repente caes en conciencia del
instante en que se está viviendo como ahora mismo que escribo esto. Estoy aquí,
sentada frente a mi computador, concentrándome en este post. Y realmente son
pocas las veces en que uno recurre a sentir las experiencias del momento así
tan detenidamente, sólo luego cuando las recuerdas.
Así que me parece formidable eso de cultivar
la atención consciente, ya que de esa forma podremos aprender a tener mucha más
sensibilidad para el proceso de reacción casi permanente que experimentamos en
respuesta a todo lo que nos afecta en la vida.
Tal y como expertos en esta práctica nos
indican “podemos hacernos conscientes de las tensiones opuestas que crean
nuestros impulsos de evitar las cosas que no nos gustan y de prolongar las experiencias
que nos proporcionan placer. Puede que esto sea especialmente fuerte en el caso
de las personas que viven con dolor o enfermedad, y es probable que sea una
reacción automática, incluso ciega: amoldamos y cambiamos lo que hacemos para
intentar evitar las sensaciones desagradables, sin ser realmente honestos, ni
siquiera conscientes, acerca de lo que está ocurriendo. En consecuencia, no
dejamos de añadir sufrimiento secundario a las sensaciones desagradables del
dolor o enfermedad, lo que acaba reduciendo nuestra calidad de vida global”.
Espero les haya interesado este post, comencé
queriendo escribir tan sólo de la información de los colegios en donde se
practica el ‘Mindfulness’ y terminé fue interesándome mucho sobre ésta, e
investigando y extendiéndome sobre el tema.