A quien
de ustedes no le ha pasado que salen con algún niño pequeño de la familia a un
centro comercial y de repente éste se les va corriendo? a mi estando con mi esposo me pasó con una
primita cuando ella tenía como 2 añitos, ufff, tuvo mi esposo que salir corriendo
tras ella y la encontró agachadita detrás de una columna y riéndose…
Y mi
hija mayor, esa era otra traviesa de pequeña, salíamos a una tienda por
departamentos que quedaba cerca de la casa y se me escondía entre la gran
cantidad de ropa colgada que estaba expuesta en el local…hoy en día se ríe y me
dice que ella se acuerda de todo, que nos veía como locos buscándola y ella
risa y risa. En cambio, mi hija menor no fue así, ella si que no se apartaba de
uno … que bueno por nosotros, sus papás!
Entre
los motivos de este proceder de los niños, se dice que juegos como el escondite
atraen muchísimo a los niños, tanto a los más pequeños como a los más
mayorcitos.
De
acuerdo a lo expresado en un articulo de Guía Infantil “Lo bueno y lo malo de
los sustos”, los niños se esconden para jugar. El juego forma parte esencial
del aprendizaje a lo largo de los primeros 10 años de vida.
Como
bien señalan en el mismo, los niños aprenden fundamentalmente jugando y
poniendo a prueba sus habilidades y capacidades. Y el esconderse de nosotros
para que les busquemos o sencillamente para darnos nuestro buen susto es un
juego que pone en marcha la imaginación. Bueno, a mi no me gustan para nada ese
tipo de sustos!
Y es
que nosotros mismos empezamos con ese tipo de juego o quien no se acuerda de ese muy típico que uno les hace cuando son bebés en el que nos tapamos la cabeza con una manta
y al quitárnosla ellos se ríen emocionados. Expertos explican que los bebés
comienzan así a aprender que los objetos
o personas no se desvanecen, ni desaparecen misteriosamente, sino que existe
voluntad en ello.
Por
eso cuando salen corriendo en una tienda o en un espacio abierto, ellos no ven
peligro alguno el alejarse de uno, para ellos el peligro de perderse, ser
raptado por alguien o algo peor no existe.
La
esposa de un tío mío (por cierto, la mamá de mi primita que se me escapó
corriendo en el centro comercial) decía que los niños son como un famoso
personaje de unas comiquitas ya de hace años, Cool mac Cool, que siempre decía “Yo
amo el peligro” y ella me comentaba que los niños son así, “aman el peligro”, yo
aún no tenia a mis hijas y eso me causaba mucha risa, luego cuando tuve a la
primera comprendí bien porque me lo decía.
Ellos
no entienden el peligro como nosotros, ni son capaces de pensar en las mil y
una cosas horribles que nos imaginamos cada vez que los perdemos de vista. Uichhh!
Además,
no son capaces de adelantar consecuencias al igual que nosotros lo hacemos. No
entienden que si se acuestan tarde un día, en la mañana tendrán sueño. Igual
que no entienden que si se pierden podría pasarles algo malo.
Así
que como sugerencia nos dicen que en vez de enfadarnos con el niño porque no
nos hace caso, mejor nos pongamos en su lugar y entender que lo que para
nosotros es muy importante, para ellos no lo es tanto.
La
explicación que expertos nos dan es que los niños necesitan moverse y nos ponen
como ejemplo que cuando estos salen del colegio, luego de haber estado mucho
tiempo sentados, necesitan
moverse y si no lo crees, basta con ver la salida de clases en un colegio y
percibir el rebullicio que estos crean, la mayoría lo hace corriendo o
brincando.
Y
entonces nos dicen que nuestro problema está en que como muchas veces tenemos diligencias
que hacer los llevamos con nosotros y si lo pensamos bien veremos que lo que necesitan
nuestros hijos es correr, estar al aire libre, ya que estuvieron mucho tiempo
en el colegio.
Por
ello sugieren que lo ideal sería estar un rato en el parque cuando salen de éste
para que puedan moverse a su antojo y suelten toda esa energía acumulada a lo
largo del día.
Otro
punto que nos proponen es el negociar y es que con tan sólo repetirles hasta el
cansancio que no deben salir corriendo no basta. Así que mejor es explicarles
que sabemos de sus ganas de correr y es allí cuando viene la negociación que no
es mas que ofrecerles algo a cambio del esfuerzo que hagan por comportarse, ya
sea pactando con ellos que luego los llevaremos a su parque favorito, así les
iremos inculcando el “arte de la negociación”
También
podemos irlos entreteniendo mientras vamos andando con ellos, comentarles sobre
diversas cosas interesantes que vamos viendo o simplemente llevarles un juguete
que les guste mucho. Aunque de esto último muchos recurrimos a los famosos DS o
tablets o ipads, lo he visto sobre todo en las consultas médicas.
En una
oportunidad mi hija tenía un DS (cuando recién salieron) y una niñita más
pequeña se le acercó quedándose totalmente embobada por éste, al rato se me
acercó la mamá para preguntarme que aparato era ese y donde lo podía comprar,
le dije, pero también le explique que su hija estaba aún muy pequeña para eso.
No se si me haría caso, pero estoy segura de que ella lo vio como una “mágica solución” para que su hija se quedara entretenida mientras ella estaba en el médico. Algo que en lo personal por supuesto tampoco es que lo recomiende mucho.
No se si me haría caso, pero estoy segura de que ella lo vio como una “mágica solución” para que su hija se quedara entretenida mientras ella estaba en el médico. Algo que en lo personal por supuesto tampoco es que lo recomiende mucho.
Como
ultima opción, nos sugieren que si no logramos que se queden tranquilos a
nuestro lado es mejor no llevarlos con nosotros hasta que sean mayores y
entiendan lo que significa el peligro de perderse.
Por
algo dicen que “Es mejor prevenir, que lamentar” … se vive más tranquilo
Y
ustedes, ¿qué hacen en este tipo de situaciones? ¿Cómo las evitan?
Fuente:
guía infantil y mamápsicólogainfantil