En este post compartiré con ustedes un video que vi hoy en la tarde y que me llamó la atención. En él aparece un niño que lloriquea y le huye a su propia sombra (el video está al final).
Expertos afirman que el
caso de este niño no es de extrañar, hay algunos que cuando
descubren su propia sombra reaccionan así. El temor le viene de lo desconocido ya que
se trata de algo nuevo para ellos, una mancha oscura de la que no entienden
porque los persigue y les es imposible apartarse de ella.
Sin
embargo, con una buena explicación por parte de los padres, este miedo podría convertirse en un juego que
resulte divertido. Y es que cuántos de nosotros no hemos pasado tiempo
jugando al juego de las sombras con nuestros hijos?
En una
entrevista que diera Milton Eduardo Bermúdez, psicólogo experto en infancia, explicó
que generalmente los niños que descubren la sombra “son muy atentos a los
detalles y a los estímulos externos, y que en principio es un objeto de temor
porque es nuevo y él no entiende por qué la sombra lo sigue”.
Por
ello expertos dicen que se pueden presentar varias situaciones: “que los padres le intenten explicar lo que
ocurre, jueguen y le muestren que la sombra es algo natural e inofensivo que
todos tenemos; que la situación sea comprendida por el propio niño cuando esté
más grande, sin que eso vaya a generar mayores consecuencias, o que se dé un
manejo inadecuado al tema por parte del cuidador asociándolo con el miedo”.
Por su parte, la psicóloga María Elena López afirma que la primera vez que los niños tienen la experiencia de descubrir una sombra imaginan las siguientes situaciones:
• La
asocian a algo que no conocen o que puede resultar amenazante.
•
Creen que si hay una sombra sobrepuesta a la otra esta sigue estando ahí a
pesar de que no la vean.
•
Creen que las sombras son como un objeto, no que dependen de la luz. Si ven una
sombra y se van, regresan para saber si aún está ahí.
•
Cuando esta se desplaza creen que la sombra es capaz de atravesar puertas.
• Dan
vuelta para ver si la sombra se quita.
Algunos consejos que especialistas en niños ofrecen para que los niños dejen de temerle a las sombras, son los siguientes:
•
Jugar con las manos en una habitación. El papá o la mamá pueden mostrarle que
ellos también tienen sombra y que una es grande y la otra pequeña.
•
Hacer figuras de animalitos con las manos en la pared, por ejemplo, una
mariposa, una paloma.
•
Hacer movimientos como girar y mostrarle que no hay sombra y que al darse la
vuelta sí está.
•
Insistirle en que se trata de un fenómeno natural que le pasa a todas las
personas y cosas, enfatizándole en que no son peligrosas.
Fuente: abcdelbebe
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