El
juego es clave para el desarrollo de los niños, sobre todo en las edades más
tempranas. Al jugar agudizan sus sentidos (el tacto, la vista y el oído son básicos), agilizan el
movimiento de pies y manos y, además, fortalecen su capacidad mental.
Expertos
sugieren que los padres juguemos con nuestros hijos cada vez que podamos ya que
esta actividad no sólo debe ser un mero entretenimiento, sino que ha de cumplir
dos objetivos: “convertirse en uno de los principales hilos conductores del
amor entre padres e hijos y, al mismo tiempo, tener una vocación educativa”.
Hasta
los 3 años de edad el juego es especialmente importante, puesto que durante ese
periodo de tiempo los niños juegan menos entre sí y prefieren a sus padres. Incluso,
de acuerdo a diversos estudios resulta de suma importancia ya que las familias que hacen del juego una
base de unión en la infancia han tenido menos problemas en la turbulenta etapa
de la adolescencia.
De
allí que los expertos recomienden a los padres dedicar al menos media hora
diaria a jugar con sus hijos. Y es que debemos tener presente que la mayor diversión no la hace un juguete
sino el que nosotros, sus padres, juguemos con ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario