Hace poco les hablé en otro post sobre la
práctica del Mindfulness en el colegio, la cual se basa en una serie de
técnicas de concentración de la atención y la conciencia, con raíces en la
meditación budista pero sin connotaciones religiosas.
Esta técnica, cada vez más extendida, está llegando a muchos colegios, con programas curriculares y no curriculares.
Y es que más que un conjunto de meras
técnicas de relajación, es una actitud ante la vida. Se trata de un estilo
global de afrontar la vida que impulsa las fortalezas personales de los
alumnos.
El fin último de estos programas es que los
participantes logren un estado de consciencia y calma que les ayude a conocerse
mejor, autorregular su conducta y ser más conscientes del momento presente,
como modo de alcanzar mayor bienestar y felicidad.
Se trata de potenciar en los alumnos una
actitud permanente de consciencia y calma encaminada a desenmascarar
automatismos y promover su desarrollo integral.
Lo cierto es que las experiencias y los
resultados en donde se ha implementado esta técnica han resultado tan buenos
que merecen la pena analizarlo. Los datos sugieren una relación entre el rendimiento académico y las
fortalezas.
De estos se extrae que las más relacionados
con un mejor rendimiento escolar parecen ser: perseverancia, sentido de la
justicia, gratitud, integridad, esperanza y perspectiva.
Y es que la idea que promueve dicha técnica es
el fortalecer estas virtudes y/o fortalezas mediante pequeños ejercicios que permiten a los
niños parar un pequeño rato todos los días, haciéndoles más reflexivos, más
conscientes de sus actos y de las cosas.
Un ejercicio muy popular entre los niños que
han sido partícipes en esta práctica es aquel en el que se les permite saborear
un chocolate, sin la prisa de comérselo para irse a jugar. Están otros como el
de “penetrar” en un cuadro, osea vivirlo; dramatizar situaciones cotidianas para
estimular su creatividad; a respirar para relajarse; entre otros.
Diversas investigaciones científicas señalan
como beneficios potenciales de Mindfulness en niños y adolescentes los
siguientes:
. Potenciar la memoria.
. Mejorar la concentración.
. Aumentar la capacidad de darse cuenta o ser
consciente.
. Disminuir la ansiedad.
. Mejorar el autocontrol.
. Potenciar la empatía, la comprensión y la
generosidad hacia los demás.
. Desarrollar habilidades naturales de
resolución de conflictos.
. Mejorar de forma general la salud.
En
el caso de los estudiantes ¿Por qué es tan importante el que empleen esta
técnica?
Muchos estudiantes manejan altos niveles de estrés
debido a la presión académica, la necesidad social de ser aceptados, el mundo
acelerado y tecnológico en el que vivimos además de la confusión natural que
conlleva el crecer. Todo esto afecta su capacidad de concentración, de
aprendizaje y la forma de relacionarse consigo mismo y con los demás.
Y el Mindfulness como herramienta ayuda a
disminuir los niveles de estrés, a mejorar la atención, la concentración e
incrementar la identificación de las emociones para mejorar su regulación.
Busca generar espacios para el autoconocimiento, la auto-aceptación y la
auto-regulación a través de la empatía.
A su vez permite que los estudiantes sean más
conscientes de sí mismos, de sus pensamientos, sus emociones y por ende de sus
acciones. Es altamente preventiva ya que ayuda a identificar patrones de
comportamiento antes de que se enraícen profundamente y sean difíciles de
cambiar. Por ello resulta una excelente herramienta para enseñar a temprana
edad.
Puede que algún día llegue esta técnica vía
curricular a los colegios en mi país, pero mientras tanto podemos intentar
utilizar algunas de sus técnicas en nuestra casa, no les parece?
PD: Para
los adultos es igualmente de importante el hacer uso de esta práctica porque:
· Es
una herramienta propicia para manejar el estrés. Nos ayuda a regular el sistema
nervioso.
· Nos
permite conocer más nuestra mente y su forma de operar.
· Nos
ayuda y enseña a permanecer más atentos y concentrados.
· Nos
conduce a reconocer mejor nuestras emociones y regularlas.
· Nos
facilita el autocontrol. Ayuda a crear un espacio antes de la respuesta.
· Nos
permite ser más conscientes de nuestro entorno y nuestra relación con el mismo.
· Nos
enseña y conduce a generar una relación más profunda con nuestra respiración.
· Nos
hace conscientes de la relación inquebrantable entre mente, cuerpo y nuestras
emociones.
·
Promueve la empatía, la compasión y la generosidad.
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