"Iba de paso por una puerta abierta y me
detuve un segundo para apagar la luz en la habitación. Miré a la persona
acostada en la cama y pensé: «Un hombre joven. Ya no es mi niño pequeño, es un
hombre joven».
Espera. Un segundo. Debo acostumbrarme a este
pensamiento. Necesito tiempo para decir «adiós».
Ya lo he hecho muchas veces. A su hora, dejé
ir al bebé vulnerable que casi cabía en mis manos, dejé ir a un niño con una
sonrisa amplia que siempre se vestía de pirata y llevaba sus juguetes con él.
Dejé ir al niño que sentía una pasión infinita hacia las investigaciones, y
siempre se tardaba y me causaba ataques cardíacos de preocupación. Amé cada
etapa de su infancia y de mi maternidad. Pero cada vez, anticipando con emoción
una etapa nueva, extrañaba las etapas pasadas.
Hace muy poco le pedí a Dios que fuera niño
un poco más. Simplemente necesitaba que esta pequeña persona siguiera siendo
pequeña otro rato. Pero inevitablemente ha pasado a la siguiente etapa. Ha
crecido. Y yo he crecido junto a él porque no tenía elección: o crecíamos
juntos o me quedaba atrás.
Me alegra ver que se está convirtiendo en un
joven maravilloso. Está pasando por cambios globales. Su estatura cambia cada
semana, su voz se está volviendo más grave, ¡y el cambio en su manera de pensar
es revolucionario! Dios mío, incluso hemos empezado a discutir de igual a igual
sobre política, y él definitivamente sabe lo que dice. Está creciendo, está
avanzando, está intentando aprovechar todo su potencial. Así es la vida.
Creo que siempre extrañaré a aquel niño
sonriente, sus ideas alocadas, juegos con carritos. La despedida mental con
cada etapa no solo me permite darme cuenta de lo que pierdo sino de qué es lo
que obtengo a cambio. Mi niño está creciendo, y es una experiencia mágica: aún
tenemos muchas aventuras por delante.
Me siento afortunada porque aún me cree
fabulosa, o al menos finge eso. Aún quiere pasar tiempo conmigo pero, claro,
sale a pasear con sus amigos a menudo. Lo importante es no olvida darme un beso
de despedida o decirme «te quiero» incluso si está con alguien más, no se
avergüenza. Aún le interesa mi opinión pero ahora formula también la suya.
Por cierto, a veces aún me toma de la mano
cuando cruzamos la calle. Pero ahora no estoy segura si lo hace porque se
preocupa por su seguridad o porque quiere protegerme a mí. Sin importar el
motivo, intento ser fuerte".
Autora: Wendy Del Monte
Traducción y adaptación: Genial. guru
Siempre que leo textos de este tipo me
conmueven mucho y me identifico totalmente. Y es que se lo que se siente, en mi
caso tengo una hija ya hecha toda una mujercita... en qué momento se me hizo
mayor? Pues pasó muy rápido, por eso siempre digo que hay que disfrutar y
atesorar cada momento con nuestros hijos.
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