martes, 15 de marzo de 2016

Mi niño ... ha crecido

"Iba de paso por una puerta abierta y me detuve un segundo para apagar la luz en la habitación. Miré a la persona acostada en la cama y pensé: «Un hombre joven. Ya no es mi niño pequeño, es un hombre joven».
Espera. Un segundo. Debo acostumbrarme a este pensamiento. Necesito tiempo para decir «adiós».
Ya lo he hecho muchas veces. A su hora, dejé ir al bebé vulnerable que casi cabía en mis manos, dejé ir a un niño con una sonrisa amplia que siempre se vestía de pirata y llevaba sus juguetes con él. Dejé ir al niño que sentía una pasión infinita hacia las investigaciones, y siempre se tardaba y me causaba ataques cardíacos de preocupación. Amé cada etapa de su infancia y de mi maternidad. Pero cada vez, anticipando con emoción una etapa nueva, extrañaba las etapas pasadas.
Hace muy poco le pedí a Dios que fuera niño un poco más. Simplemente necesitaba que esta pequeña persona siguiera siendo pequeña otro rato. Pero inevitablemente ha pasado a la siguiente etapa. Ha crecido. Y yo he crecido junto a él porque no tenía elección: o crecíamos juntos o me quedaba atrás.
Me alegra ver que se está convirtiendo en un joven maravilloso. Está pasando por cambios globales. Su estatura cambia cada semana, su voz se está volviendo más grave, ¡y el cambio en su manera de pensar es revolucionario! Dios mío, incluso hemos empezado a discutir de igual a igual sobre política, y él definitivamente sabe lo que dice. Está creciendo, está avanzando, está intentando aprovechar todo su potencial. Así es la vida.
Creo que siempre extrañaré a aquel niño sonriente, sus ideas alocadas, juegos con carritos. La despedida mental con cada etapa no solo me permite darme cuenta de lo que pierdo sino de qué es lo que obtengo a cambio. Mi niño está creciendo, y es una experiencia mágica: aún tenemos muchas aventuras por delante.
Me siento afortunada porque aún me cree fabulosa, o al menos finge eso. Aún quiere pasar tiempo conmigo pero, claro, sale a pasear con sus amigos a menudo. Lo importante es no olvida darme un beso de despedida o decirme «te quiero» incluso si está con alguien más, no se avergüenza. Aún le interesa mi opinión pero ahora formula también la suya.
Por cierto, a veces aún me toma de la mano cuando cruzamos la calle. Pero ahora no estoy segura si lo hace porque se preocupa por su seguridad o porque quiere protegerme a mí. Sin importar el motivo, intento ser fuerte".
Autora: Wendy Del Monte
Traducción y adaptación: Genial. guru


Siempre que leo textos de este tipo me conmueven mucho y me identifico totalmente. Y es que se lo que se siente, en mi caso tengo una hija ya hecha toda una mujercita... en qué momento se me hizo mayor? Pues pasó muy rápido, por eso siempre digo que hay que disfrutar y atesorar cada momento con nuestros hijos.

#mamaposmoderna

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