Texto 1: "Seguro que ahora alguien dirá
que por culpa del doctor González…las pobres madres van a estar esclavizadas,
todo el día pendientes de sus hijos. Mentira. Yo no le digo al niño que llore,
llora él solito. Si su hijo llora, habrá quien le diga que solo puede hacer una
cosa: salir de la habitación y dejar que llore. Tiene que hacerlo tanto si le
funciona como si no, una vez y otra, un día y otro. Y durante eses tiempo, ¿qué
hace la madre?, ¿cree que se pone a leer un libro, o a dormir la siesta, o a
planchar? Todo el que ha oído llorar a un niño, llorar de verdad, ¡y además a
su propio hijo!, sabe que esa madre no puede hacer nada. El llanto de un niño
es uno de los sonidos más desagradables de la naturaleza...Esa pobre madre no
puede hacer otra cosa que apretar las mandíbulas, mirar las manecillas del
reloj y esperar los veinte minutos. En cambio la madre a la que han recomendado
hacer caso a su hijo tiene cinco opciones para elegir, puede decidir por cuál
de ellas comienza, y si un truco no funciona y el niño sigue llorando, puede
probar con otra cosa, de hecho, una de las posibilidades, el niño tiene sueño y
quiere dormir, podría interpretarse como dejarlo en la cuna e irse; solamente
que, si no funciona, la madre no está obligada a esperar veinte minutos para
sacarlo”
Texto 2: "No existe ninguna enfermedad
mental causada por un exceso de brazos, de cariño, de caricias...No hay nadie
en la cárcel, o en el manicomio, porque sus padres le cogieron demasiado en
brazos, o le cantaron demasiadas canciones, o le dejaron dormir con ellos. En
cambio, sí que hay gente en la cárcel, o en el manicomio, porque no tuvieron
padres, o porque sus padres le maltrataron, le abandonaron o le despreciaron. Y
sin embargo, la prevención de esa supuesta enfermedad mental totalmente
imaginaria, el mal criamiento infantil crónico, parece ser la mayor
preocupación de nuestra sociedad."
Los textos anteriores son breves extractos
del libro "Un regalo para toda la vida", guía de la lactancia
materna del pediatra Carlos González, en el que habla de las bondades de ésta y además
ofrece su visión particular de la crianza con apego.
Grandes verdades en pocas palabras! Y es que
en ocasiones el propio entorno resulta ser el obstáculo más difícil de superar
para criar a nuestros hijos en paz.
Así que sin importar lo que algunos puedan opinar y/o criticar...a los hijos no hay que dejarlos llorar, debemos más bien escucharlos, atenderlos, darles mucho amor y transmitirles seguridad desde
pequeños. De esta forma, cuando sean adultos, tratarán a los demás de la misma
manera en que fueron tratados desde chicos: con amor y, además, respeto.
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