Miles de ideas pululan en mi cabeza desde que me decidí a comenzar
con esta cuenta, una de ellas es tratar el tema de los hijos adolescentes,
puesto que una de mis hijas (Paoli) está entrando en la adolescencia, mientras
que la otra (Mandy) ya ha pasado esa etapa tan excepcional, es mi niña grande como
suelo llamarla, ya que para mí nunca dejará de serlo, a pesar de sus 21 años y sea
toda una joven estudiante universitaria.
En un post anterior comenté que existen un montón de blogs
de familias con hijos pequeños, como muchas de ustedes seguramente ya se deben
haber dado cuenta. Pero y el tema de los hijos adolescentes por qué será que no
es abordado con tanta frecuencia como debería ser cuando es algo tan importante
como la etapa infantil que pasa tan rápido que ni cuenta te das.
Hace poco me conseguí con una mamá que se preguntaba lo
mismo: ¿qué ocurre con las familias con hijos adolescentes? ¿Por qué casi nadie
habla sobre la convivencia en familia con hijos adolescentes? Por qué a las
mamás nos gusta tanto contar a todo el mundo si le ha salido el primer diente,
si no ha dormido bien, lo que ha comido, entre otras tantas experiencias con
sus hij@s.
Afirmó también que si bien hay libros, publicaciones, incluso un par
de blogs con artículos, todos muy correctos sobre lo que se debe hacer o decir
para mantener una buena comunicación con tu hijo adolescente, todo resultaba como
muy teórico y conceptual, no enfoca los temas en forma de experiencias vividas
por otros.
Y realmente es así. Hay muy pocos que cuenten cómo es ese
día a día con su hij@ adolescente, cuando es algo realmente maravilloso poder observar
cómo nuestros hijos a esa edad se enfrentan a su manera con sus problemas
cotidianos, ya sea afrontándolos solos o con la ayuda de nosotros, sus padres.
Conseguir ser su confidente no es tarea fácil, pero se logra! Ni hablar de sus tradicionales cambios
de ánimo, ahhh y la etapa de rebeldía –como olvidarla- que también forma parte del “paquete
adolescente”. Pero con todo y eso, el convivir y hasta el aprender de ellos, resulta
una experiencia única!
Como bien dicen, cada cabeza es un mundo e igualmente cada
hijo lo es y hasta con personalidades diametralmente opuestas … todos
se enfrentan a la adolescencia de manera diferente, lo certifico!
Ahora bien, si la etapa de la niñez es algo muy placentero
de conversar, sobre todo porque estamos aprendiendo a cómo ser madres, también lo es el poder hablar sobre nuestros
hijos ya adolescentes, comentar acerca
de cómo se enfrentan a la vida y cómo resuelven sus "problemas", como
son aquellos días en que se ponen “irracionales” y no quieres verlos ni en pintura
y hasta llegas a rememorar cuando estaban pequeños y te preguntas ¿cómo han
podido convertirse en "esto"?". Pero enseguida caes en cuenta de
lo orgullosa que te sientes de ellos. Y es que así somos las mamás, adoramos a
nuestros hijos por sobre todas las cosas.
Ya para concluir, pienso que podrán haber miles de libros y anécdotas
que tratan de explicarnos cómo debemos criar a nuestros hijos pero es en definitiva con la
práctica que logramos “graduarnos” como madres y esto sabiendo de sobra que aunque nuestros
hijos se hagan adultos y formen su propia familia, siempre serán nuestros pequeños que han de pasan primero por
esa otra etapa tan crucial como lo es el de la adolescencia, la cual tal y como
lo señalan en otro post - que hace poco leí - nos será mas
fácil de manejar si “la crianza
respetuosa fue parte de la formación del niño”.
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