Dándome una vueltica por mi Blog para
desearles desde esta ventanita una Feliz Navidad a todos ustedes que me leen
por aquí y esperando que hayan pasado una Feliz Nochebuena junto a sus seres
queridos.
Les dejo estas estas hermosas palabras del Papa Francisco: LA NAVIDAD
ERES TÚ
"Navidad eres tú, cuando decides nacer
de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu corazón.
El pino de Navidad eres tú, cuando resistes
vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.
Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus
virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú, cuando llamas,
congregas y buscas unir.
Eres también luz de Navidad, cuando iluminas
con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, la alegría y la
generosidad.
Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas
al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.
La estrella de Navidad eres tú, cuando
conduces a alguien al encuentro con el Señor.
Eres también los Reyes Magos, cuando das lo
mejor que tienes sin importar a quien.
La música de Navidad eres tú, cuando
conquistas la armonía dentro de ti.
El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de
verdad amigo y hermano de todo ser humano.
La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la
bondad está escrita en tus manos.
La felicitación de Navidad eres tú, cuando
perdonas y restableces la paz, aun cuando sufras.
La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de
pan y de esperanza al pobre que está a tu lado.
Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde
y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin
ruidos ni grandes celebraciones.
Tú eres sonrisa, confianza y ternura, en la
paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti.
Una muy Feliz Navidad para todos los que se
parecen a la Navidad."
Me conseguí un artículo que habla sobre ¿Cómo
sobrevivir a una familia disfuncional en Navidad?
Si, seguro que el título les resultó un tanto
chocante, pero en mi caso enseguida me hizo recordar una película muy divertida
llamada Four Christmases (Navidad sin los suegros). Se trata de una comedia
romántica protagonizada por Vince Vaughn y Reese Witherspoon, una pareja que trataba
de evitar pasar el día de Navidad visitando las cuatro casas de sus padres
divorciados y muchos momentos incómodos que suelen acontecer en este tipo de casos.
Sus planes iniciales de pasar el día de
Navidad en un lugar exótico, alejado de su ciudad y de sus propias familias se
convierten en algo muy diferente. Obligados y sin escapatoria se ven envueltos
en una Navidad de lo más familiar. Pero no será una única celebración familiar,
sino que serán cuatro en el mismo día, algo que por demás se traducirán en hilarantes
situaciones que al final del día los
hace reflexionar en si la vida que ha elegido el resto de sus familias no es
tan mala después de todo.
Volviendo al tema inicial del artículo en
cuestión, si bien la Navidad es sinónimo de alegría, prosperidad, paz y amor,
pasa que en el seno de aquellas familias tóxicas, peleonas o disfuncionales
¡que también existen! sobran oportunidades para acentuar las diferencias
durante las fiestas decembrinas.
Me pareció interesante compartir este tema ya
que si este fuera el caso de alguno, luego de leer acerca de esto podrían tener
una idea de que hacer para no sucumbir en el intento de disfrutar la Navidad en
sana paz.
Según el artículo se tienen dos opciones: “O
te montas una Navidad alternativa bien lejos de casa o haces acto de presencia
con la firme convicción de que este año nadie te sacará de tus casillas”
Si se escoge la segunda opción el artículo
menciona un “Manual de Primeros Auxilios para sobrevivir a la Navidad en el
seno de una familia disfuncional” desarrollado por la psicóloga Silvia Olmedo.
Entre sus principales recomendaciones están:
Rodeate de delfines, no de tiburones
Aunque hay casos extremos, seguramente en tu
familia habrá alguien con quien te lleves bien. Pues ubica al mejor aliado,
planea tu propia logística, disfruta la velada en su compañía y mantén cierta
distancia de los demás.
Evita hablar de temas explosivos
Imposible evitar que alguien hable de temas
delicados. Sin embargo, evita ser tú quien pregunte sobre el reparto de la
herencia, del ex marido de la prima, de la terapia del sobrino o de para cuándo
es que la nueva parejita va a encargar un bebé. Y, política y religión, también
son temas vetados. Haz propuestas sobre temas que vinculen afectos
Igual que hay temas intocables por su
condición de explosivos, hay tópicos neutros de interés común que puedes
proponer para ayudar a la familia a congeniar. Por ejemplo, hablar sobre el
árbol genealógico siempre resulta entretenido. Todos podrán intervenir en la
conversación y aprender algo nuevo.
Elige un personaje ... y caracterizalo
Si sospechas que un familiar tratará de
arruinar tu cena de Navidad ¡pica adelante! Destrozarte la vida no depende de
nadie más, solo depende de ti. Como no vas a poder hacerlo cambiar de actitud,
pues cambia tú la tuya, elige un personaje que te agrade, disfrázate
mentalmente, actúa en consecuencia y enfrenta el tema con sentido del humor.
Concreta tu mejor estrategia
La psicóloga Silvia Olmedo está clara en su
propuesta. Ella incluye en su Manual de Primeros Auxilios para sobrevivir a la
Navidad en familia, las estrategias que podemos aplicar para salir airosos de
un festejo navideño con gente complicada. Veamos:
Estrategia Zen
Entra a la reunión cual guerrero Ninja, a la
defensiva, esquivando los ataques, con la mirada puesta en el infinito y
asintiendo con la cabeza con actitud de reflexión profunda. Si no funciona, al
menos los confundirás...
Estrategia Torera
Si te atacan, no respondas. Cuando respondes
para defenderte entras en el juego del atacante, y eso es precisamente lo que
éste quiere para tenerte dominado. Lo mejor es que te hagas oídos sordos como
si la cosa no fuera contigo.
Estrategia Mente Criminal
¿Algún sociópata en la sala? Pues es tu
oportunidad de ejercitar intuición y vocación criminalística estudiando tan
interesante tipo de personalidad. Seguramente aprenderás a detectar, por
ejemplo, las típicas mentiras de tan experto manipulador.
Estrategia Bond
No por ser la menos importante la hemos
dejado de última. Todo lo contrario, es destacable porque se trata de cómo huir
del encuentro navideño si el tema se convierte en ´Misión Imposible´.
Si ya sabes que la cosa se puede poner
pesada, y piensas que probablemente vas a echar mano de esta estrategia,
estaciona cerca de la puerta de la casa, revisa las posibles salidas, establece
un perímetro de seguridad anti familiares tóxicos y, si vas con alguien a la
reunión, concreta un sistema de señal como, por ejemplo, a la cuenta de 3 nos
piramos...
¡A salvar las diferencias!
La vida es corta, es una sola. Cuando no
estemos acá, no habrá marcha atrás, no valdrán los lamentos y los
arrepentimientos... Es decir, valdría la pena reflexionar para dejar atrás las
rencillas familiares, y en caso que sea imposible, al menos tratar de abrazar
el espíritu de la Navidad y contagiarte con la genuina ilusión de los niños.
Fuente: revistadominical.com.ve, artículo de Adriana Boccalon
Y bueno, ya saben ahora como se puede
sobrevivir a una familia de este tipo en
una época en la que se busca es más bien promover la paz, el amor y la unión
familiar, en pocas palabras, la reconciliación familiar.
A continuación les dejo el trailer de la película que les comenté al principio "Four Christmases"
Cada 21 de diciembre numerosas familias se
reúnen para celebrar la llegada del tradicional Espíritu de la Navidad, el cual
es concebido como una energía que viene desde del centro de nuestro sistema
estelar y que llega año tras año para repartir, más que cosas materiales,
aquello de lo cual los seres humanos no pueden prescindir: paz, amor, armonía y
alegría.
Cualquier día es bueno para celebrarlo cuando la intención es
noble, pero el 21 de diciembre es excelente para recibir en familia y entre
amigos la energía cósmica del solsticio de invierno, que según la leyenda
nórdica llega a través del Espíritu de la Navidad, el cual viene cargado de
buena vibra para ayudarnos a fortalecer nuestra esencia emocional frente a las adversidades.
Hay quienes se preparan desde el día anterior
para recibirlo, ya sea limpiando la casa para energizarla positivamente o decorando
la casa con flores, preferiblemente amarillas, naranjas o rojas. Al día siguiente
se prenden inciensos o velas aromáticas, sobre todo aquellas con aroma de
mandarina.
Lo primero que se debe hacer es abrir espacio
para todo lo bueno que nos llegará el año que viene. Por ejemplo, separa lo que ya no usas; si algo ya no sirve, deséchalo. Limpia vidrios y
ventanas con vinagre que, además de alejar las moscas, espanta las energías
negativas. Luego, barre todos los rincones de la casa de adentro hacia afuera.
Esto ayudará a que las energías de
prosperidad, abundancia, suministro, amor, bondad, caridad, transmutación, perdón,
fe, generosidad, misericordia y paz, no encuentren en su camino cúmulos de
energías negativas que las desvíen.
Se recomienda que luego de realizar la
limpieza rutinaria, se esparza por todo el lugar sal marina o sal preparada de
mandarina, posteriormente dicha sal se barrerá desde adentro del sitio donde se
hará la celebración, hacia afuera y se recogerá en la puerta de entrada.
Mientras se está barriendo, algunos sugieren decir: “Estoy limpiando y purificando
este ambiente, para eliminar cualquier energía negativa que se encuentre aquí
presente, invoco la Llama Violeta Transmutadora para transmutar y cancelar toda
creación negativa, amén que así sea”. La afirmación recomendada anteriormente
se puede sustituir por el Salmo 91, o
pueden utilizarse ambos.
Posteriormente para terminar de energizar la
casa pasa un primer coleto con jabón azul disuelto en agua. Después, trapea con
un agua preparada con cáscaras de limones, naranjas, toronjas y mandarinas,
clavos de olor y canela en astillas. Esta mezcla la puedes hacer temprano.
Hierves todos los ingredientes, la dejas reposar, la cuelas y está lista para
utilizar.
Origen
El Espíritu de la Navidad, según la tradición
tiene la misión de traer, cada fin de año la abundancia, paz, amor, unión,
fraternidad, armonía, opulencia, prosperidad y bienestar espiritual a toda la
humanidad.
Es una tradición perteneciente a los países
nórdicos y que desde hace varios años, ha sido adoptada en Venezuela como parte
de las costumbres características de esta época.
La leyenda, según el ángel Uriel, relata que
el espíritu llegó al planeta proveniente de una galaxia lejana y se instaló en
la región Norte, en lo que hoy se conoce como la península escandinava.
Ritual
Para cumplir con el ritual se debe contar con
mandarinas, sal marina, esencia de mandarina, flores, velas, incienso de
mandarina, un lápiz y papel.
A continuación leerán una serie de pasos que
se deben realizar para cumplir con el ritual:
- Tener la esencia y el incienso de mandarina
prendido todo el día. Eso nos conecta con la prosperidad y la energía del
dinero.
- En un bol colocar la esencia de mandarina y
colocarla en el centro de la mesa con tres flores: una blanca, una amarilla y
una naranja.
- Son 21 deseos los que se piden: 7 por la
humanidad, 7 por el grupo familiar y 7 para nosotros. Los deseos que se le
piden se escriben en orden de prioridad de mayor a menor y se recomienda pedir
en primer lugar por el bienestar y la paz mundial hasta llegar a los deseos más
personales. Se cortan en tiras y se guardan en un sobre blanco, con la
inscripción por fuera en color rojo que diga: “Que el amor, la paz y la luz
desciendan a la tierra”, hasta la visita del año siguiente para que se puedan
quemar sólo aquellos que se cumplieron.
(PD: También hay quienes sugieren importante
identificar que nos está quitando la paz y sentarnos con una hoja blanca y
escribirlo en el papel, una vez que lo sacas de adentro hacia afuera y ya lo
ves plasmado en el papel, los lees restándole poder a todo eso, los quemas y
es cuando empiezas a pedir los 21 deseos del Espíritu de la Navidad)
- Luego de guardar las peticiones para el año
venidero, se sacan los deseos que se pidieron el año pasado y se queman los que
se cumplieron después de las 12 de la noche.
- Al finalizar las peticiones y el ritual, si están reunidos en familia todos juntarán sus manos, dirán amén y ofrecerán sus peticiones para el
bienestar del mundo, del país y de todos nuestros semejantes.
Más allá de los rituales, la llegada del
Espíritu de la Navidad es propicia para reunirse en familia y dar gracias por
lo alcanzado durante el año, y llenarse de buenas energías para recibir el año que está por comenzar.
"¿Saben cuál es la forma más efectiva
para lograr que un niño diga: "por favor", "gracias",
"buenos días", etc.?
No con canciones. Ni obligándolos a dar besos
para saludar a personas que no conocen. Ni repitiéndoles: ¿Qué se diceeee...?
La forma más efectiva es siendo amables
nosotros mismos, no sólo con palabras sino con gestos.
Enseñarles las palabras y que las repitan
casi mecánicamente no los hace ser educados.
Lo que nos hace amables, es haber sido
tratados con amabilidad."
A continuación podrán leer algunas señales que
les indicarán si los están educando muy bien
Son
empáticos
Los niños aman a sus padres, incluso los aman
cuando los padres no lo merecen, pero si son padres que educan bien a sus hijos
se darán cuenta de que a ellos les importa que se sientan bien, demuestran
preocupación si están cansados, enfermos o nerviosos y procuran colaborar para
que las cosas les sean agradables y se sientan felices. Los niños demuestran
que son capaces de ponerse en la piel de otros y sentir sus emociones. Los niños
bien educados son empáticos.
Los niños aprenden sobre todo de lo que
hacemos los adultos, mucho más que de lo que decimos. Así que si saben demostrar
amor a sus hijos y son sinceros con ellos, evitan los chantajes o las presiones
excesivas, es seguro que ellos les devolverán el amor con creces y los sorprenderán
con gestos amables y considerados.
Esta empatía podremos observarla también
hacia otras personas, especialmente hacia hermanos pequeños, niños más
chiquititos o animales indefensos. Si nuestro hijo hace daño a otras personas,
no siente su sufrimiento o le parece divertido, deberíamos preocuparnos. Los
niños bien educados quieren que otras personas se sientan bien pues es lo que
han aprendido que hacen los seres humanos.
No
toleran los abusos de poder
Si hemos educado bien a nuestros hijos sabrán
reconocer los comportamientos abusivos y agresivos de otras personas, no
aceptarán amenazas y no considerarán que deben callar y obedecer a cualquier
adulto, sobre todo si esté no se comporta bien con ellos. Y eso se nos aplica a
nosotros mismos. Los niños bien educados no toleran los abusos de poder.
Cuando cualquier persona, incluso si somos
los propios padres, actúa de forma injusta o abusa de su poder, un niño con una
correcta educación sabrá que merece ser respetado en todo momento y reclamará
sus derechos sin miedo.
Si los comportamientos violentos o injustos
los sufre fuera del hogar: con la familia, amigos o en la escuela, no temerá
contarnos lo que ha pasado directamente, sin dejar que las situaciones aumenten
de gravedad. Si le gritamos y nos dice que no le gritemos, es que estamos
educándolo bien.
Un signo de que un niño está bien educado es
que, incluso, sabe responder a un adulto impertinente o grosero con seguridad y
sin faltar al respeto pero poniendo claros los límites de lo que va a aceptar.
Esta educación de autoprotección, respeto y
seguridad en uno mismo y sus derechos debe comenzar desde la infancia y será
una herramienta que toda la vida le ayudará. Si desde niños les enseñamos que
nadie puede faltarles al respeto y que no deben tolerar agresiones de ninguna
clase podrán aventurarse en la vida, lejos de nuestra protección, con mucha más
tranquilidad y capacidad de reacción.
Son ellos
mismos
Los niños transmiten alegría con facilidad
pero la felicidad completa no se limita a horas de juego o risas cuando ves
algo gracioso, como bien sabemos los adultos. La felicidad competa es una
actitud ante la vida y las personas, demostrando que no tememos mostrarnos como
somos realmente y acogemos las diferencias de los demás con respeto.
Los niños que se muestran seguros, que hablan
con otras personas sin temer recibir burlas o regaños, y que muestran como son
capaces de disfrutar de momentos de todo tipo, sin dejarse vencer por las
dificultades, nos están enseñando que saben ser felices.
Que un niño sea capaz de mantener sus
opiniones sin sentirse intimidado por ti ni por nadie, ni necesite tampoco
ponerse agresivo para defender su postura u opinión. Que tu hijo se sienta
valioso por ser quien es, que se respete a sí mismo y a los demás es claro
signo de que está siendo bien educado.
Hermoso y conmovedor el texto que les
compartiré a continuación y que plasma sentimientos que suelen aflorar cuando
nuestros hijos ya han crecido, momento que uno ya quisiera que demorara, pero
que al final sabemos que llegará … y tan rápido que en ocasiones ni cuenta nos
damos.
Y pasa, que cuando los miramos ya mayorcitos,
tratamos de rememorar aquellos instantes en que los tuvimos de pequeños, llegándose
a sentir que no hace mucho los teníamos correteando por la casa.
Por eso, como bien dice la imagen de familias.com:
nuestros hijos crecen tan rápido que es “razón suficiente para no perdernos ni
un minuto de sus vidas”.
Este es el texto del que les hablo:
“Llega el día en que los hijos crecen y que
alegría el llegar a verlo, el mayor se casa, el del medio no le vemos el polvo,
entre su trabajo y su novia y el menor se ha ido a estudiar fuera... tal vez no
sea bueno que lo sepan, pero como los extraño, difícil labor la de los padres,
pues invariablemente educamos para soltar.
Atrás quedaron las noches de desvelo con cada
miedo o resfriado, las citas en la escuela cruzando los dedos, las compras de
Papá Noel y los castigos que nos dolieron a ambos.
Esas vacaciones donde cargaba hasta lo
impensable, saliendo a cada instante de la alberca pues tenían hambre, calor o
ganas de ir al baño, luego, las curitas para sus primeras decepciones amorosas,
noches en vela aguardando por valor y autoestima, después el insomnio con la
luz apagada observando por la ventana como y cuando llegan, pero... al menos
que lo hagan!
...y todo hasta que un día los ves partir,
mucho más seguros y llenos de sueños, entonces pensé: Llegamos! y no lo hicimos
mal.
Ahora hay tiempo para comer lo que me gusta y
dormir cuando tenga sueño, para levantarme más tarde y planear mis fines de
semana, "buena labor has hecho", me dicen por ahí y me lo digo a mi
misma, ahora entiendo esa mirada de Mamá cuando llego mi tiempo, una mirada
entre "no quiero que te vayas" y "me da tanto gusto por
ti", ahora entiendo esas mezclas que quedan en los nidos vacíos y en los
cascarones abiertos, triunfos llenos de nostalgia, vacíos que se tornan
agradecimiento.
Tal vez no es bueno que lo sepan, pero como
los extraño!,
Difícil labor la de los padres, pues invariablemente
educamos... para soltar”.
Leyendo un post que conseguí sobre "La importancia de leer a otras madres", no pude dejar de identificarme con muchos de los puntos que alli se señalan.
A continuación les comparto su contenido, seguramente se identificarán con varios -o con todos- como lo hice yo.
"Las mamás vamos entregando la vida a cada paso: nuestro tiempo, energía, amor a manos llenas, tan llenas que pocas veces al día encontramos un espacio para tomar cualquier dispositivo y salir del mundo de los niños para tener ese contacto "adulto" que también nos llena el alma.
Las mamás solemos tomar miles de fotografías al día; borramos pocas porque sentimos que son momentos irrepetibles, llenamos el celular por lo menos una vez a la semana y le insistimos a nuestros esposos que nos ayuden a descargarlas en la compu... ¿O soy yo la única? ¡Ja!
Tenemos 100 chats de Whatsapp abiertos y la mitad de ellos pendientes de contestar, usamos el Facetime para compartir con los abuelos a los nenes. Recibimos también llamadas de las amigas que no tienen hijos y ellas generalmente nos escuchan siempre aceleradas sin entender qué nos pasa, les parecemos mujeres extrañas y no entienden por qué a veces les colgamos tan rápido... si "sólo" somos mamás.
¿Acaso no tenemos tiempo? La respuesta es no, por lo general no.
Llamamos a otra mamá y nos entendemos en palabras clave. Si una amiga que también es mamá te cuelga el teléfono abruptamente, jamás le reclamarás, no importa cuán interesante haya estado la historia que dejamos a la mitad.
Y así, igualito, vamos leyendo artículos que nos interesan a la mitad. Nuestras listas del súper, de pendientes, de todo lo que queremos hacer... también, a la mitad.
Subimos a Facebook alguna foto de nuestros hermosos, checamos en Momz las historias de otras mamás y a veces logramos comentar en uno que otro post, porque sabemos que eso también es echarnos la mano las unas a las otras. Compartimos experiencias y nos vamos leyendo entre todas, porque así vamos entendiendo más este fenómeno de ser mamá.
La importancia de leer a otras mamás va mucho mas allá de lo que a veces logramos entender, leer las situaciones, experiencias y vivencias de otras madres nos alimenta el alma, nos hace sentirnos identificadas, acompañadas, entendidas y escuchadas.
Hacer tribu es lo de hoy, fue lo de ayer y será lo de mañana. ¿Por qué? Porque la maternidad a veces es un camino solitario. Leer a otras madres nos hace sentir esa presencia divina que resuena como una energía poderosa que acompaña nuestros días, nuestras noches y nuestras (tantas) madrugadas en desvelo.
Nada, absolutamente nada de lo que le pase a otra madre nos debe de parecer ajeno. Todas somos una. Las madres estamos unidas por la fuerza de tribus que han pasado por este mundo, está en nuestro ADN, siempre fuimos unidas. Tenemos que seguir siéndolo, todas las mujeres, porque nos hace bien.
Nos necesitamos las unas a las otras, porque saber de nosotras nos nutre, nos sana, nos recicla, nos alimenta el corazón. Y en la maternidad simplemente es necesario escucharnos entre mamás.
Cada día somos más las que entendemos lo poderoso que nos hace tendernos la mano, escucharnos, aconsejarnos y —entre todas— ser.
Todas somos espejo de todas.
Es hermoso cuando te aparece un articulo, un post, un escrito y te sientes identificada. Saber que la cosa más extrańa que jamás pensaste hacer, ya la hizo otra mamá, y que el sentirte a veces tan vulnerable, también es un sentimiento totalmente natural.
Al identificarte con otras mamás brota un sentimiento de alegría pura al saber que no estás sola, que alguien te entiende, que no estás loca, que tus sentimientos son reales y normales y que no una sino tal vez un millón de mamás viven lo mismo que tú.
Así, todo toma sentido. Vamos de la mano. No estamos solas. No lo estamos en los parques, en los rincones, en las siestas que nos agarran en el coche... cuando nos perdemos en los laberintos de nuestro cansancio, de nuestras alegrias, tristezas.
En todo —absolutamente todo— somos comprendidas por otra. No vamos solas. Ni un solo segundo. Vamos juntas, en un mismo andar.
Por eso, sigue blogs de mamás, busca artículos que te resuenen, regresa a ellos para leer aquello que te interesó, lee libros simples escritos por otras mamás, pasea por las redes de mamás amigas, lee todo lo que pueda nutrir tu mundo interior, encuentra pequeños sanos espacios para hacerlo.
Lee, lee, lee. ¡Lee a otras madres! Pero, sobretodo, encuentra tu tribu. Sin barreras, sin límites. Puede que la encuentres en tus amigas de antaño, o que la descubras en aquella mujer a la que no conoces todavía, esa que también sabe y que vive como tú la belleza y la sombra de lo que significa esta divina experiencia de ser madre".
Texto: Madre Luna
Excelente, mejor dicho imposible, no creen!!! Tal parece que encontrar tu "tribu" de mamis es lo ideal, gracias por pertenecer a ésta, la tribu de "Mamás Posmodernas", reciban un gran abrazo cargado de afecto de mi parte.