miércoles, 16 de diciembre de 2015

Señales de que un niño está bien educado

"¿Saben cuál es la forma más efectiva para lograr que un niño diga: "por favor", "gracias", "buenos días", etc.?
No con canciones. Ni obligándolos a dar besos para saludar a personas que no conocen. Ni repitiéndoles: ¿Qué se diceeee...?
La forma más efectiva es siendo amables nosotros mismos, no sólo con palabras sino con gestos.
Enseñarles las palabras y que las repitan casi mecánicamente no los hace ser educados.
Lo que nos hace amables, es haber sido tratados con amabilidad."

A continuación podrán leer algunas señales que les indicarán si los están educando muy bien

Son empáticos
Los niños aman a sus padres, incluso los aman cuando los padres no lo merecen, pero si son padres que educan bien a sus hijos se darán cuenta de que a ellos les importa que se sientan bien, demuestran preocupación si están cansados, enfermos o nerviosos y procuran colaborar para que las cosas les sean agradables y se sientan felices. Los niños demuestran que son capaces de ponerse en la piel de otros y sentir sus emociones. Los niños bien educados son empáticos.
Los niños aprenden sobre todo de lo que hacemos los adultos, mucho más que de lo que decimos. Así que si saben demostrar amor a sus hijos y son sinceros con ellos, evitan los chantajes o las presiones excesivas, es seguro que ellos les devolverán el amor con creces y los sorprenderán con gestos amables y considerados.
Esta empatía podremos observarla también hacia otras personas, especialmente hacia hermanos pequeños, niños más chiquititos o animales indefensos. Si nuestro hijo hace daño a otras personas, no siente su sufrimiento o le parece divertido, deberíamos preocuparnos. Los niños bien educados quieren que otras personas se sientan bien pues es lo que han aprendido que hacen los seres humanos.

No toleran los abusos de poder
Si hemos educado bien a nuestros hijos sabrán reconocer los comportamientos abusivos y agresivos de otras personas, no aceptarán amenazas y no considerarán que deben callar y obedecer a cualquier adulto, sobre todo si esté no se comporta bien con ellos. Y eso se nos aplica a nosotros mismos. Los niños bien educados no toleran los abusos de poder.
Cuando cualquier persona, incluso si somos los propios padres, actúa de forma injusta o abusa de su poder, un niño con una correcta educación sabrá que merece ser respetado en todo momento y reclamará sus derechos sin miedo.
Si los comportamientos violentos o injustos los sufre fuera del hogar: con la familia, amigos o en la escuela, no temerá contarnos lo que ha pasado directamente, sin dejar que las situaciones aumenten de gravedad. Si le gritamos y nos dice que no le gritemos, es que estamos educándolo bien.
Un signo de que un niño está bien educado es que, incluso, sabe responder a un adulto impertinente o grosero con seguridad y sin faltar al respeto pero poniendo claros los límites de lo que va a aceptar.
Esta educación de autoprotección, respeto y seguridad en uno mismo y sus derechos debe comenzar desde la infancia y será una herramienta que toda la vida le ayudará. Si desde niños les enseñamos que nadie puede faltarles al respeto y que no deben tolerar agresiones de ninguna clase podrán aventurarse en la vida, lejos de nuestra protección, con mucha más tranquilidad y capacidad de reacción.

Son ellos mismos
Los niños transmiten alegría con facilidad pero la felicidad completa no se limita a horas de juego o risas cuando ves algo gracioso, como bien sabemos los adultos. La felicidad competa es una actitud ante la vida y las personas, demostrando que no tememos mostrarnos como somos realmente y acogemos las diferencias de los demás con respeto.
Los niños que se muestran seguros, que hablan con otras personas sin temer recibir burlas o regaños, y que muestran como son capaces de disfrutar de momentos de todo tipo, sin dejarse vencer por las dificultades, nos están enseñando que saben ser felices.
Que un niño sea capaz de mantener sus opiniones sin sentirse intimidado por ti ni por nadie, ni necesite tampoco ponerse agresivo para defender su postura u opinión. Que tu hijo se sienta valioso por ser quien es, que se respete a sí mismo y a los demás es claro signo de que está siendo bien educado.
 
Fuente: “Para Jugar y Crecer” y “bebeymas”

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