domingo, 13 de diciembre de 2015

Mamá se escribe con "M" de mujer maravilla

Les comparto éste texto que conseguí, espero que les guste y les sirva para su reflexión como Mamá Maravilla que somos! 

"Sin saber cómo o cuándo, algunas veces la maternidad pasa a ser parte de una gran lista de deberes diarios que tenemos las mujeres. Claro que la lista es larga, y para poder cumplirla debemos calzarnos nuestro mejor traje de "Mujer Maravilla".
El plan no solo incluye los quehaceres domésticos y las obligaciones laborales; arranca desde muy temprano con las tareas más sencillas, como levantar a los niños, vestirlos, prepararles el desayuno, revisar cuadernos, hacer los deberes, enseguida tenemos encima el almuerzo, el colegio, y luego de vuelta al ruedo, mandados, pagar algo por aquí, cocinar algo por allá, y se nos hace la noche en un abrir y cerrar d ojos. 

Y al día siguiente la misma historia. Nada queda librado al azar, pero como dice el refrán, el que mucho abarca poco aprieta. Y de repente la exigencia sin medida invade nuestra vida y opaca la principal misión de la maternidad: criar y amar a nuestros hijos.
Nos olvidamos de disfrutar, y pasamos a ser una especie de directora d orquesta: al final de la canción todos evidencian el excelente resultado pero nuestro cansancio es tal que nos terminamos olvidando para quien dirigíamos la orquesta.
Una vez que nos damos cuenta que el traje de Mujer Maravilla nos empieza a apretar por todos lados, nos incomoda, y no nos deja respirar, cómo podemos sacárnoslo de encima?
En primer lugar, con preguntas. Cuando empezamos a preguntarnos ¿estamos disfrutando la crianza d nuestros hijos? ¿Qué esperan nuestros hijos d nosotras?, ¿A qué le tenemos miedo? ¿Qué queremos solapar con esta autoexigencia desmedida? ...
Cuando estas preguntas empiezan a dar vueltas por nuestra cabeza, entonces, nos empezamos a quitar el traje. Y para comenzar a responder estas preguntas, nada mejor que recuperar a nuestra niña interior. 
Recordar aquello que disfrutábamos siendo niñas, las tardes en el fondo de casa, levantando piedritas y buscando caracoles, la leche con los dibujitos en la tele y el olor a la cocina de mamá, y también aquello que esperábamos de nuestros padres, como hacer los deberes juntos o leer un libro por la noche antes irnos a dormir, entre tantas otras cosas. 
Ser madres implica eso. Detenernos. Preguntarnos. 
Y Reinventarnos. Junto a ellos, nuestros hijos"

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